25 Aniversario del Nuevo Continente: Buen tiempo, mala pata

Ah, esas carreras dominicales del mero día que cambia el horario... Estuve a punto de llegar una hora antes, por la pura duda, pero finalmente me desengañé a tiempo y esperé...

Para ser la primera edición de una carrera, estuvo bastante bien: La ruta bien pensada, dentro de un área relativamente pequeña; la subida bastante manejable, y la participación y el entusiasmo de la comunidad del Nuevo Continente ayudaron a que la experiencia en general fuera agradable aún para los que no tenemos nada que ver con la Escuela. Tras el cambio de horario, el sol estaba cómodamente abajo y no fue un factor de desgaste, por suerte, para quienes nos marchitamos corriendo con calor excesivo.

El tapón de llegada a la meta parece que ni idea tenían que deberían evitarlo porque hasta un listón pusieron a muy pocos metros de la llegada, como para no pasar... Esas paradas en seco son terribles, y en esta ocasión son además peligrosas para los niños, porque prácticamente obligan al corredor a llegar y estrellarse con la multitud, con la inercia de la velocidad que uno traiga.

Fuera de eso, fue muy disfrutable y, si bien tuve que registrar mi tiempo con mi propio cronómetro, lo hice cuidadosamente y creo que con bastante precisión. Para mi sorpresa, hice 25:21. Eso, considerando mis pésimos tiempos recientes, es un tiempazo personal para 5K: suponiendo que pudiera duplicar exactamente ese tiempo en la segunda mitad de una 10K (suposición nada realista, mis segundas mitades siempre son más lentas), estaríamos hablando de 10K en 50:42.

Endorfinas + sonrisa = Hartísimo placer.

Tan pronto comencé a enfriarme, la pierna derecha protestó. No la articulación, sino las temible tibia (el fantasma de la periostitis me acompaña... terror). Pero bueno, no pasa nada. Tengo 6 días para darle el reposo que necesite, el tratamiento que necesite y el entrenamiento que necesite, porque el domingo 10 corro en Jurica, y el sábado 16 en Boca del Río, Veracruz.

¡Y ahora, a desayunar!